La selección de Nueva Zelanda se encargó de malograrle la fiesta y alegría a su similar de Eslovaquia tras conseguir, en tiempo de descuento, el 1 a 1 final que marcó el debut de ambas representaciones en el Grupo F del Mundial Sudáfrica 2010.

Tras un primer tiempo carente de emociones, en el que el juego trabado y la poca técnica de los jugadores fueron las principales características, el primer gol del cotejo llegó a los 50' por intermedio del eslovaco Robert Vittek.

Tras la apertura del marcador el cuadro europeo se echó para atrás y fue Nueva Zelanda el equipo que comenzó a proponer, pese a sus limitaciones.

Cuando todo parecía estar definido, en el minuto 92 apareció el jugador Winston Reid para sellar el empate definitivo con una excelente definición de cabeza.